En lo que va de año he tenido el placer de impartir formación sobre Marketing de Contenidos y Redes Sociales a bastantes jóvenes menores de 30 años. Es curioso ver cómo muchos, por no decir la mayoría, terminan en alguno de los cursos gratuitos financiados por la Unión Europea sin tener formación sobre Marketing. Tras meses de formación práctica y teórica, terminan con un perfil muy completo para poder trabajar en el sector del Marketing Digital.
Pero en todos estos cursos, percibo lo mismo en todos estos jóvenes: están completamente de bajón, tristes, desmotivados y sin rumbo a pesar de tener muchos títulos, idiomas, etc. El sentimiento de decepción es un denominador común que se ha extendido en los últimos 4 años. Esperaban un futuro prometedor pero éste no llega nunca.
Antes de pandemia, cuando daba clases presenciales enseguida lograba motivar al grupo, contagiarles de una actitud más alegre y positiva ante su futuro y activarles. Pero desde la pandemia me cuesta mucho trabajo lograr motivar a los grupos a los que doy clases presenciales (de las online ya te hablaré otro día), se activen, participen y se pongan a buscar lo que quieren.
En uno de estos cursos, cuando llevaba un par de días impartiendo clase, me puse a pensar en por qué no lograba motivar a mi grupo, a que estuviera más activo, alegre, participativo y optimista ante su futuro. Y tras un poco de investigación, preguntas y empatía, logré dar en la tecla que los activó.
Uno de esos días invité a cuatro antiguos alumnos míos, del mismo rango de edad que mis alumnos de ese curso (menores de 30 años), a participar de forma online en mi clase a través de un encuentro virtual donde mis ex alumnos se expondrían como referentes reales a mis alumnos actuales.
Verónica Rosario Lampérez , Alba Hurtado Morales , Judith Vivó León y Fran Rubio pasaron por mis clases en diferentes programas de Escuela de Organización Industrial y ese día participaron en mi clase poniéndose al otro lado. Ellos también estuvieron desmotivados y perdidos pero lograron hacerse visibles para conseguir un trabajo, lograron tener un canal de Youtube de casi 4000 suscriptores, lograron una entrevista de trabajo que terminó con un contrato en una excursión con el curso o lograron montar su propia empresa de Marketing Digital.
A través de sus experiencias consiguieron traspasar la pantalla para motivar y servir de ejemplo a Adrián, Juan , Raquel, Luis, Sergio, Sara, Alex , Daniel, Nahiara, Carmen, Oihane, Lilia y Yhon, que preguntaron a sus referentes todas las dudas que les surgían tras escuchar sus historias de superación.
Mis alumnos y alumnos solo necesitaban referentes reales del mundo del Marketing Digital, personas jóvenes que han luchado por sus sueños y los han conseguido con actitud, sin dejar de aprender, poco a poco, haciéndose visibles, y con una sonrisa. Hay muchos influencers jóvenes, pero en la vida real nuestros jóvenes necesitan verse reflejados en perfiles similares a ellos. Porque si no lo puedes ver, no lo puedes ser.
Tras el encuentro virtual el resultado fue fantástico. Logré activar a mi clase, a motivarles, perdieron el miedo a publicar en Linkedin, su actitud cambió, estaban motivados e incluso logré que fueran más grupo que clase, algo fundamental en este tipo de cursos, y la nube de pesimismo desapareció.
Al mismo tiempo mis cuatro referentes reales vieron cómo sus historias sirvieron para motivar a otras personas, a mirar con admiración sus logros, a valorarse y a estar agradecidos por esta oportunidad.
Y como docente puedo contarte que nada me hizo más feliz que ver ese cambio en mi clase y sentirme más orgullosa que nunca de mis antiguos alumnos.
Espero que te haya gustado mi historia real de hoy. Seguiré contándote más!
Gracias por leerme