¿Crees en el Karma? Creas o no, hoy te voy a contar una de mis historias sobre el karma, y en especial, sobre el karma digital.
Desde antes de que surgieran las redes sociales, los usuarios recomendaban restaurantes, tiendas, hoteles, profesionales, productos, etc. No se podía dar a me gusta en ninguna parte, pero os aseguro que se podía hacer viral que un restaurante tenía las mejores croquetas de Madrid, que un fontanero era el mejor de tu ciudad o que en la piscina de tu pueblo servían las mejores bravas de la comarca. El boca a boca funcionaba de maravilla.
El caso es que poco a poco, en los últimos años, con la llegada de las nuevas tecnologías, los blogs, las redes sociales y todo lo digital, cada vez nos quejamos más y ¿dónde vamos a quejarnos? ¡A las redes sociales sin duda!
Dejamos un aluvión de comentarios en tripadvisor si un hotel no estaba como nos gustaría, aireamos a los cuatro vientos por cualquier red social el trato de atención al cliente cuando no nos atienden como nos gustaría, tuiteamos sin control cuando nuestro vuelo, tren o metro se retrasa nombrando al ministro si hace falta, compartimos en Facebook peticiones para que multen al bar de turno porque nos parece abusivo el precio de sus cervezas, y lanzamos mensajes en stories si la pizza que pedimos a domicilio ha tardado más de lo normal y así puedo seguir haciendo una lista infinita.
Y no, no estoy diciendo que no nos quejemos, pero resulta curioso y cuanto menos contradictorio que en las redes sociales marcamos a golpe de click las cosas que nos gustan, y nos esforzamos escribiendo comentarios sólo cuando no nos gusta lo que está pasando. ¿No es un poco raro que gastemos más energía sólo para quejarnos?
Ahora me dirás: “Nooooo, eso no es verdad! Cuando algo me gusta le doy a “like” o lo comparto en redes también!”.
Y yo te digo: Ya, pero ¿a qué no pones un comentario en las redes sociales de tal sitio donde fuiste a cenar y te encantó? ¿Y qué tal las vacaciones? ¿Dejaste alguna recomendación del sitio donde te alojaste el verano pasado? Seguro que no…
Pues bien, ¡ha llegado el momento de usar las redes sociales y el mundo digital para poner cosas buenas, para recomendar lugares, establecimientos, hoteles, alojamientos, restaurantes, servicios, profesionales, proveedores, artículos, tiendas y todo lo que quieras!
¿Por qué? Porque el karma digital existe, (te lo digo yo que un verano me diluvió en Menorca y estuvimos quejándonos cada segundo porque todo nos parecía mal, hasta que nos propusimos aceptar lo que había, disfrutar del tiempo fuera el que fuese y dejar comentarios positivos en internet de absolutamente todo… ¡y funcionó! ¡Salió el sol!), y porque si dejamos comentarios positivos, otras personas podrán beneficiarse de lo que funciona y ayudaremos a que los propietarios de las empresas que recomendamos también vean que sus negocios merecen la pena, que la gente no sólo escribe para quejarse y que sus pymes se hacen más conocidas. Dejar un comentario positivo tampoco cuesta tanto, ¿no?
Como es verano y en verano nos movemos y salimos más, te voy a proponer un reto: este verano te reto a que dejes comentarios positivos de los sitios donde vayas (hoteles, alojamientos, restaurantes, chiringuitos, etc) o de profesionales de los que hayas disfrutado de sus servicios (fisioterapeutas, monitores deportivos, gestores, abogados, profesores, etc). ¿Dónde? En sus redes sociales: en su muro, ¡que los comentarios se queden para siempre! Etiquétales, nómbrales, menciónales, y añade el hashtag #elkarmadigitalexiste , mándame el pantallazo de tu comentario y nómbrame a mí también para que pueda compartir que hay muchos comentarios positivos y que el verano no sólo está para quejarse.
¿Te unes a mi reto? Recuerda que te puede llover a tí también en tus vacaciones… 😉